En cada esquina, en cada
Recuerdo, en cada
Amanecer, asisto a
La muerte del ego.
Es un morir para renacer/
Liberado del yugo de
La marea/ de las voces que
Se ahogan por el cansancio/
Vidrio agua y arena/
Hoy nos encontramos en
El espejo/ te lo aseguro:
Están resplandecientes.
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