El tipo fue sindicalista de derecha en los setenta.
Su forma de mirar se contradice con el aire de gordito bonachón, peleado con la vida solo por no aguantar más a la mujer que eligió para compartir la vida. Su desdichada existencia encuentra momentos de felicidad: cuando le elogian el jardín, por ejemplo. Por momentos se olvida que esta en compañía de alguien, se relaja y automáticamente levanta el dedo índice.
Hoy es un buen ciudadano. Paga los impuestos, siempre le da monedas a los chicos de la calle, únicamente a los chicos, y le apasiona el debate político. Mira a los intelectualoides de la tele, se nutre de la agenda.
Es un buen ciudadano, si. Tiene conciencia ecológica, y alienta a los sobrinos a que estudien la carrera de asistente social. Luchen por sus sueños, les dice.
Final 1: No se pretende que este texto sea leído como literario. Es una simple descripción.
Final 2: _ Abuelo, ¿Por qué la gente duerme en la calle?
_ ¡Porque son unos vagos!
Final 3: “bajo tu cielo de raso trasnocha un pedazo de mi corazón”
No hay comentarios:
Publicar un comentario